Pocas cosas son más aburridas que las vacaciones. Incluso cuando uno está con la mejor compañía posible, los días se hacen tremendamente largos y el cuerpo se hace sentir. En esta ocasión, después de cumplir con el arreglo de los cajones de la ropa y de los libros en los estantes del escritorio -tarea eludida con argucias desde hace meses-, entré de lleno en la lectura de literartura y en la contemplación de la vida en la superficie de la playa. Por esas cosas extrañas que tiene nuestra psiquis, ambas actividades se juntaron en una sola celdilla de mi cerebro y logré una explicación que le voy a proponer a mi amigo John.
Para que se entienda de qué hablo, debo comenzar por el final, y este final -o la conclusión- es que creo saber por qué el cangrejo camina para atrás (como se verá de inmediato, esto no es verdad, pero justamente de eso se trata). La explicación es que queremos que camine hacia atrás y, por tanto, en nuestra realidad camina hacia atrás.
El amigo John al que me refiero es John Hay (que tiene nombre de biblioteca le dirían en Providence, Rhode Island). Él es una persona que conoce la realidad mejor que nadie a pesar de que no vive en ella. Vive en su biblioteca, en su taller de escultor y en la conversación con los amigos pero son más de diez años que no pisa un centro comercial ni una tienda. Su visión realista de la realidad (porque hay una visión idealista) siente un choque violento cuando alguien dice que el país -o lo que fuera- camina para atrás como el cangrejo. "El cangrejo camina de lado, siempre con la referencia de su hueco para poder refugiarse", dice con fuerza.
Cuando había comprobado la validez de esa afirmación de mi amigo, por medio de mi agotadora primera actividad en la playa, le entré a la segunda con un libro inclasificable (¿ensayo?, ¿novela?, ¿diario de viaje?, ¿crónica?), El Danubio de Claudio Magris. Salpicando cosas por aquí y por allá, para zanjar el debate acerca del origen del majestuoso río, el autor recurre a la idea de naturaleza en Goethe. "La naturaleza goethiana abarca y envuelve todas las cosas y ella es la que mueve y crea, con elusiva ironía, todas las formas, incluso aquellas que parecen negarla y que a los hombres se les antojan innaturales"
En mi opinión, ahí está la respuesta a la afirmación sobre el caminar del cangrejo que tanto molesta a John. Somos creadores de naturaleza. Creamos un cangrejo irreal que necesitamos para nuestra realidad y el cangrejo -o, más bien, su falso caminar hacia atrás- entra a formar parte de ésta.
Sé que cuando le transmita todo esto a él, simplemente repetirá esa frase que nos identifica: "me parece inclusive" (otro ejemplo de creación de naturaleza).
Para que se entienda de qué hablo, debo comenzar por el final, y este final -o la conclusión- es que creo saber por qué el cangrejo camina para atrás (como se verá de inmediato, esto no es verdad, pero justamente de eso se trata). La explicación es que queremos que camine hacia atrás y, por tanto, en nuestra realidad camina hacia atrás.
El amigo John al que me refiero es John Hay (que tiene nombre de biblioteca le dirían en Providence, Rhode Island). Él es una persona que conoce la realidad mejor que nadie a pesar de que no vive en ella. Vive en su biblioteca, en su taller de escultor y en la conversación con los amigos pero son más de diez años que no pisa un centro comercial ni una tienda. Su visión realista de la realidad (porque hay una visión idealista) siente un choque violento cuando alguien dice que el país -o lo que fuera- camina para atrás como el cangrejo. "El cangrejo camina de lado, siempre con la referencia de su hueco para poder refugiarse", dice con fuerza.
Cuando había comprobado la validez de esa afirmación de mi amigo, por medio de mi agotadora primera actividad en la playa, le entré a la segunda con un libro inclasificable (¿ensayo?, ¿novela?, ¿diario de viaje?, ¿crónica?), El Danubio de Claudio Magris. Salpicando cosas por aquí y por allá, para zanjar el debate acerca del origen del majestuoso río, el autor recurre a la idea de naturaleza en Goethe. "La naturaleza goethiana abarca y envuelve todas las cosas y ella es la que mueve y crea, con elusiva ironía, todas las formas, incluso aquellas que parecen negarla y que a los hombres se les antojan innaturales"
En mi opinión, ahí está la respuesta a la afirmación sobre el caminar del cangrejo que tanto molesta a John. Somos creadores de naturaleza. Creamos un cangrejo irreal que necesitamos para nuestra realidad y el cangrejo -o, más bien, su falso caminar hacia atrás- entra a formar parte de ésta.
Sé que cuando le transmita todo esto a él, simplemente repetirá esa frase que nos identifica: "me parece inclusive" (otro ejemplo de creación de naturaleza).